domingo, 15 de septiembre de 2013

RAYUELA

Me miras, de cerca me miras,
cada vez más de cerca
y entonces jugamos al cíclope,
nos miramos cada vez más de cerca
y los ojos se agrandan,
se acercan entre sí,
se superponen
y los cíclopes se miran
respirando confundidos.

Textos escritos y publicados hace años
con cronopios o sin ellos
en torno a su mundo de juego,
a esa grave ocupación que es jugar
cuando se buscan otras puertas.

Un, dos, tres, cuatro

¡Tierra, Cielo!
cinco, seis
¡Paraíso, Infierno!
siete, ocho, nueve, diez
hay que saber mover los pies.

En la rayuela
o en la vida
podéis elegir un día
¿por qué costado,
de que lado saltarás?

Otros accesos a lo no cotidiano
simplemente para
embellecer lo acostumbrado,
para iluminarlo bruscamente,

 de otra manera
sacarlo de sus casillas
definirlo, de nuevo y mejor.

Me basta cerrar los ojos
para deshacerlo todo y recomenzar
exactamente con tu boca
 que sonríe por debajo
de la que mi mano te dibuja.

Un, dos, tres, cuatro
¡Tierra, Cielo!
cinco, seis
¡Paraíso, Infierno!
siete, ocho, nueve, diez
hay que saber mover los pies
en la rayuela
o en la vida
podéis elegir un día.

¿Por que costado,
de que lado saltarás?
yo te siento temblar contra mí
como una luna en el agua.

J. Cortázar